Los asistentes de seño Irene

En la lejana Patagonia argentina, la Escuelita Albergue N° 310 es un hogar temporal donde los estudiantes viven, juegan y aprenden como una gran familia, bajo el cuidado y la guía del personal directivo, docentes y auxiliares de servicio. Todo marcha bien hasta que el Covid-19 interrumpe las clases y los aísla aún más del mundo. Decidida a que el aprendizaje no se detenga, seño Irene quien se desempeñaba como cocinera en el establecimiento, despliega toda su creatividad, y algo inesperado comienza a ocurrir: los niños descubren la compañía de «asistentes» fantásticos, criaturas mágicas que los ayudan en sus tareas y los acompañan en su día a día. Entre juegos, aprendizajes y secretos, en este rincón especial se crea un espacio donde la realidad y la fantasía conviven, haciendo de cada día una aventura inolvidable. 

VALORES IMPLÍCITOS

La historia pone en valor la solidaridad entre generaciones, el respeto y el cuidado mutuo, esenciales en la convivencia escolar. La dedicación y creatividad de seño Irene enseñan el poder de la vocación y la resiliencia ante la adversidad, mientras que la capacidad de los niños para adaptarse y cuidar de los más pequeños refleja su espíritu de cooperación y generosidad. La fantasía compartida promueve la imaginación como una herramienta poderosa para enfrentar los desafíos de la vida.