Mi amigo Gus

Gustavo, un niño caprichoso y revoltoso, descubre un pequeño ratoncito en su casa al que decide llamar Gus. Forman una bonita amistad, jugando y riéndose, y guardan este gran secreto al entender lo que podría suponer su descubrimiento. Pero un desafortunado día, Gus desaparece, y Gustavo aprende lo que es añorar a un amigo, cargando con estos sentimientos solo hasta que confiesa a su familia. Mientras, Gus emprende un viaje inesperado en el que lucha por volver a su hogar con su amigo. 

VALORES IMPLÍCITOS

Este cuento pretende sacar una parte más humana de la relación entre seres, y mostrar algo poético donde se conjugan niño y animal para compartir momentos juntos. El niño tiene un carácter fuerte y caprichoso, pero es capaz de humanizarse frente a un ratón y suavizar su temperamento. Incluso llega a añorar su presencia.

Como adultos, rechazamos a ciertos animales con repugnancia por miedo, como puede ser un ratón, aunque sean insignificantes en su tamaño. La autora tiene mucho miedo a los ratones y quería transmitir a los niños que no hay que tener miedo a las diferencias, porque todos hemos sido creados por la misma naturaleza y que todos tenemos un fin, aunque algunos no se sepan. Por ejemplo, ¿con qué fin se han creado los ratones de nuestro entorno? La autora no lo sabe.

Lo que sí sabe es que se debe tener respeto hacia cualquier animal, persona o ser, aunque no nos gusten.